El Gobierno de Rusia ha estimado que el Producto Interior Bruto (PIB) del país disminuirá un uno por ciento en 2023, sosteniendo que el próximo año espera que «sea mejor» que 2022.
Así la ha detallado el viceprimer ministro ruso, Andréi Belúsov, en una entrevista con el canal de televisión Rossiya-24, quien ha informado de que el país cerrará el último trimestre del año con un 2,9 por ciento de decrecimiento, según ha recogido la agencia TASS.
«Naturalmente, el año que viene no se alcanzará el (crecimiento económico) del 3 por ciento. Sin duda, será menor. Creo que rondará el cero. Nuestra previsión es de aproximadamente menos de uno por ciento, quizá algo menos. Algo así como un uno o cero por ciento», ha espetado Belúsov.
«En términos generales, si no pasa nada, esperamos que 2023 sea mucho más fácil que 2022 para la economía rusa. No prevemos problemas fatales de ningún tipo. Hemos conseguido controlar la situación en la primera mitad de 2022, y ahora todo está bajo control», ha añadido el primer viceprimer ministro.
Según el Banco de Rusia, la economía del país se contraerá un 3,5 por ciento en 2022. Asimismo, prevé que la economía rusa empiece a crecer en la segunda mitad de 2023, aunque a finales de año la tasa de crecimiento del PIB seguirá siendo negativa, oscilando entre el menos cuatro por ciento y el menos uno por ciento.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo en octubre que la economía rusa se contraería un 2,3 por ciento, una cifra más pequeña en comparación la pronosticada en julio, que era del 3,5 por ciento.