La deuda de hogares, empresas, bancos y gobiernos de todo el mundo ha sumado en el tercer trimestre de 2023 un total de 307,4 billones de dólares (283,4 billones de euros), nuevo récord, frente a los 289 billones de dólares (266,4 billones de euros) contabilizados en el mismo periodo de 2022 y 93,2 billones de dólares (85,9 billones de euros) más que hace una década, según los cálculos del Instituto Internacional de Finanzas (IIF).
Este aumento del endeudamiento ha obedecido a que las economías avanzadas ampliaron el volumen de deuda agregado a 206 billones de dólares (189,9 billones de euros) desde los 194,4 billones de dólares (179,2 billones de euros) que se anotaron doce meses antes.
Entre las economías emergentes el volumen de deuda se incrementó hasta los 101,3 billones de dólares (93,4 billones de euros) desde los 94,5 billones de dólares (87,1 billones de euros) previos. En suma, el IIF anticipa que la deuda mundial supere los 310 billones de dólares (285,8 billones de euros) para finales del año.
Los principales países responsables del aumento fueron Estados Unidos, Japón, Francia y Reino Unido en el caso de los países ricos, mientras que China, India, Brasil y México estuvieron a la cabeza de las naciones emergentes.
Por sectores económicos, el IIF señala que a nivel global los hogares aumentaron su deuda hasta los 57,9 billones de dólares (53,4 billones de euros) desde los 55,1 billones de dólares (50,8 billones de euros) al cierre de septiembre de 2022, al tiempo que las empresas registraron un endeudamiento de 91,1 billones de dólares (84 billones de euros) frente a los 86,3 billones de dólares (79,6 billones de euros) precedentes.
Además, los gobiernos tampoco lograron reducir su deuda, y se quedaron en un montante agregado de 88,1 billones de dólares (81,2 billones de euros), frente a los 81,5 billones de dólares (75,1 billones de euros) del año anterior, igual que tampoco lo ha conseguido el sector financiero mundial, que vio crecer su pasivo a 70,3 billones de dólares (64,8 billones de euros) desde los 66,1 billones de dólares (60,9 billones de euros).
El organismo apunta a que el crecimiento de la deuda ha sido más abultado en el caso de los gobiernos por los déficits fiscales, que continúan «muy por encima de los niveles prepandémicos», tanto en las naciones desarrolladas como las emergentes.
ELECCIONES EN 2024 Y PELIGRO DE AUMENTAR EL DESFASE
En este sentido, el IIF apunta a que 2024 verá elecciones en más de 50 países, lo que podría marcar un «viraje hacia el populismo» y la polarización política que, unida a las tensiones entre Estados Unidos y China, así como a la guerra entre Israel y Hamás, podría «plantear desafíos», ya que las políticas populistas podrían conducir a un mayor gasto público y a una menor disciplina fiscal.
De hecho, los desfases de ingresos y gastos en los presupuestos nacionales se espera que añadan 5,3 billones de dólares (4,9 billones de euros) anuales entre 2024 y 2027.
Según el IIF, un incremento «abrupto» del gasto público derivaría en unos servicios de deuda mayores, así como a una merma de la confianza de los inversores dado el escenario de tipos de interés «más altos por más tiempo» que se plasmaría, potencialmente, en «mini-ciclos de expansión y contracción» en los mercados de renta fija.
Asimismo, los servicios de deuda de familias y empresas aumentaron en los principales economías. Esta tendencia fue «especialmente pronunciada» en China, fruto de la rápida acumulación de deuda durante años, la ralentización económica y los problemas sufridos por su sector inmobiliario.
Aunque en términos globales la carga de deuda del sector privado «permanece en niveles mayormente manejables», las alzas de tipos por parte de los bancos centrales ha «exacerbado» ciertas vulnerabilidades macro.
RATIO DEUDA/PIB
La ratio deuda/PIB se situó justo por debajo del 335% del PIB mundial en septiembre de 2023, lo que supone un descenso de un punto desde junio.
«La ratio de deuda/PIB ha permanecido este año mayormente estable en el entorno del 333%», han destacado los responsables del estudio, que también han señalado que los retrocesos en las ratios de los países ricos «ha compensado en gran medida» la subida en los emergentes.
De cara al futuro, el IIF anticipa que el índice reanude su senda alcista a medida que la economía se ralentice y la inflación se modere.