Fernando Terry, consejero delegado de Grupo Osborne, señala que ante el Covid-19 “el objetivo era asegurar la liquidez de la compañía en el corto plazo, ante un escenario de caída abrupta e imprevista de las ventas, con medidas drásticas: congelación de inversiones no críticas, recortes de gastos, ajustes de estructura, cancelación de pagos a cuenta de dividendos y reducción de la remuneración de los consejeros, congelación de retribuciones variables, etc”.
Para Terry “es necesario que se revisen las medidas con los hosteleros. No podemos seguir castigando a un sector que supone un gran peso para el PIB de nuestra economía y que en el conjunto del año prevé una pérdida de empleo de entre 900.000 y 1,1 millones de puestos de trabajo, con un descenso de la facturación cercano al 50% respecto al año anterior”.
Este directivo reconoce que “los próximos meses no van a ser fáciles para ningún sector de nuestro país, pero estamos trabajando para dar respuesta a los retos que vienen por delante”.
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