El consumo de cemento en España acumula una caída del 0,8% en los primeros ocho meses del año, hasta las 9,8 millones de toneladas, en torno a 80.400 toneladas menos que en el mismo período de 2022, según reflejan los últimos datos publicados en la Estadística del Cemento.
A esta caída ha contribuido el desplome del 7,9% en el consumo de agosto, unido a la caída del 1,3% registrada también en julio, con un consumo de 1,2 millones y 1 millón de toneladas, respectivamente, perdiendo entre los dos meses cerca de 107.000 toneladas en comparación con el verano del año pasado.
Según la agrupación española de fabricantes de cemento Oficemen, la moderación en el consumo en verano se ha visto agravada por la «incertidumbre política postelectoral», por el dato negativo de la producción industrial y por la ralentización en la ejecución de los fondos del plan europeo de recuperación, transformación y resiliencia.
«En cualquier caso, continuaremos trabajando en la reactivación de la demanda interna, aportando productos y soluciones más sostenibles, eficientes y duraderas, en línea con las demandas de la sociedad actual», ha señalado el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza.
Las exportaciones de cemento en este periodo acumulan una caída del 9,2%, hasta las 3,5 millones de toneladas, tras retroceder en julio un 6,1% y en agosto otro 17%, sumando entre ambos meses una pérdida de 109.000 toneladas.
En cuanto a las importaciones, también han registrado una caída del 45,2%, hasta las 601.000 toneladas importadas en los ocho primeros meses de año. En julio cayeron un 69% y en agosto un 50%.