La compañía discográfica BMG ha decidido recientemente adelantar el pago a sus compositores un mes, lo cual reduce el tiempo de tal liquidación de derechos a sesenta días en comparación con los noventa que se cumplen en la actualidad. La empresa dice realizar este cambio como parte de un programa para asegurar a sus clientes más longevos la posibilidad de no quedarse detrás de los nuevos contratos que se están firmando a sesenta días, y posibilitar de esta manera una absoluta actualización a aquellos contratos antiguos.
Esta medida va a beneficiar a un mínimo de veinte mil compositores y letristas que tenían en sus contratos una cláusula de noventa días para el pago por concepto de derechos de autor, que por lo general se liquidaban el 28 de febrero y el 31 de agosto de cada año. Gran parte de los veinte mil compositores que ahora tendrán su dinero un mes antes vienen de las firmas Chrysalis y Cherry Lane, empresas adquiridas por el grupo BMG en su momento y que son hoy en día parte de este gran conglomerado.
Según BMG, se hacía obligatoria la necesidad de modernizar las prácticas dentro de la empresa, las cuales llevan más tiempo dando en cierta medida, una mayor importancia en relación a estos pagos a los intérpretes que a los compositores.
La compañía también saca pecho comentando que no solamente se pretende dar un trato de favor a los compositores como únicos beneficiarios, sino también a aquellos que posean los derechos de explotación de obras musicales en sus contratos con la empresa.
Este giro en la política de BMG viene dado por su reciente acuerdo de colaboración con la firma KKR, con la cual el holding radicado en los países bajos ha firmado un jugoso convenio para comercializar también con la compra y venta de derechos musicales.
En palabras de un alto ejecutivo de BMG, la importancia de pagar con mayor antelación a sus socios autores es también una estrategia de fidelización para asegurar un buen catálogo de obras tanto con los autores de forma directa como con agencias de representación.
Esta nueva actualización en su servicio reafirma el compromiso de BMG como empresa en la búsqueda de mejores estándares de transparencia e igualdad de trato a sus socios en este siglo XXI. En el pasado, la compañía reconoce haber firmado contratos que no se han puesto al día en su momento dejando así al compositor en una situación incomoda y fuera de toda posibilidad de manejarse con las nuevas prácticas que se implementan en la industria derivadas de la tecnificación.